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Villa Romana La Malena
El yacimiento de La Malena, declarado Bien de Interés Cultural bajo la categoría de Zona de Interés Arqueológico, fue descubierto en 1988 y se excavado y estudiado hasta 1992.
Los resultados arqueológicos determinaron la existencia de una Villa Romana del siglo IV que presentaba en la mayoría de sus estancias mosaicos y mosaicos parietales, pavimentos de tierra y pavimentos de mortero. Las excavaciones también descubrieron restos escultóricos, restos del ajuar doméstico de la villa, tanto en cerámica como en vidrio, y diversos objetos metálicos, como anillos de bronce, fragmentos de pulseras de cobre, fíbulas, un cuchillo y algunas monedas de los siglos III al V.
Pertenece al tipo de las denominadas villas romanas ‘de peristilo’, modelo muy extendido en el valle del Ebro y en la Meseta. Tiene planta cuadrangular de aproximadamente 50 metros de lado. La par urbana o zona noble que ocupaban los propietarios se desarrolla en torno a un gran patio central dotado con un estanque y rodeado por corredores, que abrían a éste mediante un pórtico con columnas.
Los mosaicos:
Desde el inicio se determinó la importancia del yacimiento por sus mosaicos de teselas y, en concreto, por el mosaico de Las Bodas de Cadmo y Harmonia, considerado una obra cumbre de la musivaria romana en Hispania. Destacan los pavimentos de mosaico con motivos vegetales, geométricos y figurativos, construidos con teselas de marlon, caliza marmórea, cerámica y pasta vítrea. Los motivos gemoétricos se usan en las entradas y corredores del peristilo, y presentan círculos simples, compuestos o entrelazados, octógonos, hexágonos, cruces griegas, nudos simples, etc; los motivos vegetales aparecen en las cenefas que enmarcan emblemas y presentan coronas de laurel, flores, hojas de acanto y de hiedra, rácimos de uva, etc; y los motivos figurativos se usan como emblema central del pavimento de las habitaciones principales, destacando el ya mencionado que representa las bodas de Cadmo y Harmonía. MAS INFORMACIÓN
Iglesia Parroquial Nuestra Señora de la Piedad
Esta iglesia destaca por su volumen y grandes proporciones. Es el resultado de dos etapas constructivas: la iglesia-fortaleza mudéjar, erigida durante la segunda mitad del siglo XIV, y la transformación barroca realizada en la segunda mitad del siglo XVIII.
Ermita de San Nicolás de Bari
Se ubica en las afueras del casco urbano de la localidad en un lugar privilegiado junto a la vega del rio Cámaras. Es una de las escasas muestras de románico al sur del Ebro. Se construyó en los siglos XII y XIII. Según la leyenda aquí fue enterrada la hija del gran Califa de Córdoba, Abderramán III.
Ermita de San José
Corona el monte Calvario al final de una cuesta jalonada por los peirones de un vía crucis decorados con cerámica de Muel. La panorámica es estupenda. Es de origen medieval (siglo XIII-XIV) y con una nave. En el siglo XVI se le añadió la voluminosa cabecera poligonal y una pequeña torre mudéjar. Luego capillas barrocas y otros añadidos.
Restos de murallas medievales
De los siglos XIV y XV. Sólo quedan algunos lienzos y también han desaparecido los cuatro portales de entrada a la Villa. El perímetro amurallado se conserva hasta la década de 1920.
Nevera
Es un pozo excavado en la tierra con muros de contención, de pequeñas o grandes dimensiones e incluso con techo, que dispone de aberturas para la introducción de la nieve y posteriormente la extracción del hielo. La actividad de los neveros artificiales es conocida desde tiempos de los romanos (2.000 a C.), su gran desarrollo tuvo lugar entre los siglos XVI y XIX, y ha sido utilizada hasta mediados del siglo XX
Las Peñicas
En el entorno de Azuara se pueden dar tranquilos paseos y contemplar «Las Peñicas», suntuosas paredes de conglomerados que llaman la atención por sus colores rojizos y por ser refugio de numerosas aves rapaces. A sus pies se encuentra la ermita San Nicolás de Bari uno de los dos ejemplos románicos de la comarca con su bonita puerta de acceso e interesantes pinturas góticas en su interior.